EL
CUESTIONAMIENTO
¿Son las tareas
para nuestros hijos o para nosotros?
Es difícil decirlo cuando llegamos después de un largo día de trabajo y
encontramos cuadernos abiertos y lágrimas esperando, lágrimas por querer estar
acompañados o por no entender la tarea y querer explicación; pero otras veces,
sobre todo cuando son más pequeños, nos esperan manualidades llenas de
creatividad que debemos hacer con ellos, cuentos o dibujos. Pero no es solo lo que encontramos sino lo
que queremos lograr: tareas perfectas, de acuerdo a las instrucciones y que al
verlas todos sepan lo bien que tu hijo lo hizo.
LA POLÉMICA
¿Lo bien que tu
hijo lo hizo o lo bien que lo hiciste tú? Cuántas veces mientras estás en ese momento
crítico de explicación, verificar que lo haga de acuerdo a la instrucción y de
manera casi perfecta, tu mente se va al futuro a imaginar lo que la profesora
diría al ver una tarea con defectos: ese niño no tiene papás presentes, no lo
están apoyando como deberían y otras cuantas críticas más para ti como papá… y terminas regañando, borrando o haciéndolo
por ellos…
LA REFLEXIÓN
Creo que leer el
futuro no es una buena práctica y que como papás contamos con otras habilidades y no con predicciones y
análisis de un tiempo diferente al actual. Nosotros ya pasamos por el colegio,
la universidad, especializaciones y hasta doctorados, así que la tarea de hacer
la figura del triángulo, colorear siguiendo series o reconocer los números no
son para nosotros; hacen parte de un minucioso proceso estudiado por pedagogos
y diferentes profesionales del desarrollo que determinan que pueden hacer los
niños a cada edad y de acuerdo con ellos, definen objetivos, parámetros y
tareas.
LA CONCLUSIÓN
Por
lo tanto las tareas están hechas para
que los niños practiquen, cometan errores, lo hagan varias veces hasta que lo
logren, no para evaluar la presencia y el acompañamiento de los papás, ni
lo mucho o poco que saben enseñar y mucho menos lo buenos papás que son.
Las
tareas las deben hacer sus hijos, unas veces con ustedes y otras solos, pero
disfruten el proceso recuerden que, si confunde colores, hace las figuras
torcidas o no sabe seguir la serie, es su proceso de aprendizaje y lo que podemos
hacer como papás, es ayudarlos a crear oportunidades para practicar, conviértanse en magos para que la
experiencia más sencilla y cotidiana sea una oportunidad para jugar y aprender.
EL RETO
Para ser papás
tenemos que confiar en nosotros mismos y sentir que somos los mejores papás del
mundo, no
porque hagamos una tarea perfecta, sino porque motivamos a nuestros hijos para
superar las dificultades, aceptar los errores que cometen y ser persistentes.
Es
lograr sentarse con ellos, en un momento tranquilo, pedirles que expliquen que
tienen que hacer (deben saberlo ellos y no interpretarlo ustedes), ayudarlos a
tener todos los materiales listos y a empezar
torcido o no es su misión, no la de ustedes.
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