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Soy una mujer con dos personalidades

Unknown





Hoy que empiezo a escribirles, empiezo con una confesión: soy una mujer con dos personalidades (aunque mi esposo sostenga que no son dos, sino muchas más), y lo digo por el reto más grande que he tenido que enfrentar; ser mamá y psicóloga a la vez, cuando muchas veces una no se entiende con la otra, por ejemplo: le doy un consejo para manejo de situaciones con mis sobrinos, a mi hermana, pero por dentro me digo a mi misma; esto no me funciona a mi… ¿porque estoy diciendo esto? pero mi hermana me cree y lo hace! (lo siento Cata ).

La psicóloga habla y actúa como si se las supiera todas y la otra se enloquece y se “sale de los chiros” a veces con las pataletas. Soy una mamá como cualquiera y si, puedo decir “no me las se todas” y a veces pierdo el control.

Somos mujeres, hijas, hermanas, mamás y esposas, dentro de muchos otros roles que asumimos cada día y no tenemos manual para ninguna de ellas, aprendemos en el camino por experiencias, compartiendo con otras mujeres y poniendo en práctica miles de estrategias que nos inventamos o que nos comparten, muchas veces juzgando como hacemos las cosas, criticando nuestras estrategias y haciendo más difícil un camino que por sí solo trae sus retos y dificultades.

Cuando la empresa de mi esposo quebró, tuve que vivir un aprendizaje forzoso de pautas de crianza, manejo de crisis y mantener un matrimonio a pesar de volver a vivir con mi mamá, quien amorosamente nos recibió a los tres (que luego serían cuatro).

No se imaginan lo que significa, no una abuela permisiva, sino más exigente que yo con pautas de crianza que le funcionaron con nosotros hace ya muchos años (nuestras mamás simplemente no pueden entender que estamos criando niños completamente diferentes a nosotros mismos); que no entiende la “manera moderna” de educarlos; sufriendo por la limpieza y el orden de su casa y siendo la abuela Carreño de los modales. Y además sentir que cada día perdía autonomía, independencia e intimidad.

Creo que este momento la psicóloga dejó de existir casi por dos años, para darle paso a la mamá confundida, que seguía todos los consejos que oía, pero sin ningún fundamento, que trataba de mediar, solucionar y evitar.
Si me preguntan cuál fue mi mayor aprendizaje y herramienta para salir adelante sin volverme la mamá ogro, desesperada por lo que tenía que vivir, ni la obsesiva que no dejaba crecer a sus hijos, les puedo decir que lo mejor es, detener el ritmo acelerado al que nos lleva la vida, mirar a los hijos y aprender a conocerlos.

Entendí que no hay un manual para ser mamá porque cada hijo es diferente y solo si miramos su corazón y aprendemos a conocer a ese niño diferente a todos los demás, somos capaces de educarlos para ser felices y no “niños perfectos”.

Así fue que descubrí que esta dualidad mama-psicóloga me sirve para ser una mejor mamá, pero esto pasa solo a través de la ayuda que el *yo psicóloga* da a las familias y las personas de su círculo cercano, pues cuando veo en ellos el reflejo de situaciones que enfrento, pues, aprendo y aplico.


Así que a partir de hoy compartiré con ustedes estrategias, triquiñuelas y prácticas de todo tipo, con la esperanza de que cuando ustedes me cuenten cómo les fue, pueda finalmente aplicar toda esa “sabiduría” del *yo psicóloga* al *yo mamá*.

Unknown / Autor & Editor

Angela Maria Velasco. Psicóloga Universidad de la Sabana.

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