Hoy
quiero compartir algo diferente y no quiero ser yo quién lo analice, quiero que
sean ustedes, pues a mí como mamá me
generó un choque de emociones encontradas, pues a pesar de trabajar todos los
días en ser mejor, sigo cometiendo errores, errores que no sabía dejaban en
los niños un dolor tan grande.
Les
comparto apartes de una carta que me dictó un niño de 6 años con el que trabajo,
después de varias sesiones de tratar de
entenderlo. A él, le cuesta expresar sus emociones, sus reacciones son muy
agresivas y las pataletas son constantes con sus papás. Cuando le pregunté que
podemos hacer para que la relación con sus papás sea diferente, me dijo que una
carta y esta la construyó en varias sesiones:
Queridos papás……. Me encanta ser su hijo …
No hubiera podido
pedir unos mejores papás, los veo tan grandes, tan fuertes que quiero ser como ustedes.
Todo el tiempo los miro y me gusta la forma en la que le hablan a los demás, como
ayudan a otros y trabajan para darnos todo.
Cuando llego del
colegio solo quiero verlos y contarles lo que hice, hacer las tareas juntos y
que jueguen conmigo, pero sé que están muy ocupados y que solo cuando empieza a
oscurecer puedo estar con ustedes, quisiera que trabajaran menos y llegaran de
día, porque cuando llegan, llegan cansados a ver tele, leer algo o mirar el celular,
luego la rutina, comida, pijama y se acabó.
Los extraño, extraño
los juegos de cosquillas y escondidas contigo papá, inventar juegos y leer
contigo mamá, pero no los molesto porque sé que están cansados. Muchas veces los
miro y quiero adivinar que piensan, me gustaría que me contaran como les fue en
el trabajo y contarles el mío y hacerlos sonreír después de verlos tan cansados;
me gustaría oír cuanto me quieren y decirlo también, pero todo es muy rápido y
no tienen tiempo.
Se que las rutinas
son importantes, debo organizar, comer, alistarme y dormir temprano para ir al
colegio feliz, pero que tal si armamos un espacio especial donde podamos
compartir y jugar, aunque sea un ratico; me aburre la televisión, pero es lo
que me distrae y me hace olvidar cuanto los extraño, por eso peleo cuando ya
debo apagar, pero también porque necesito su atención y te confieso que lo
logro gritando o con pataletas.
Pero yo sé que
podemos ser diferentes, sé que en el fondo detrás del trabajo y la ocupación
están los papás que quieren estar conmigo y disfrutar los juegos juntos, ¿lo
quieren hacer conmigo?
¿Por
qué no tenemos tiempo para ellos, cuando nos cansamos de agacharnos para jugar,
estamos tan “ocupados” como para no dedicarles tiempo en lo que más les gusta:
jugar? Acaso dejamos de estar para ellos...
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