EL
CUESTIONAMIENTO
¿Nuestros
hijos emperadores?, aquellos monarcas soberanos (aún por encima de los reyes)
aquellos quienes podían tomar decisiones, dominar y hacer que los demás hagan
lo que ellos quieren, aún sin razones muy lógicas. ¿Nosotros formadores de
emperadores?
LA POLÉMICA
Creo
que ninguno de Nosotros como padres estamos listos para que nuestros hijos,
pequeños que todavía necesitan de Nosotros para enfrentar el mundo, que están
aprendiendo hasta ahora de la vida; pongan las reglas: decidan que quieren
comer, a que hora ir a dormir, que películas quieren ver y que actividades hacer
en el tiempo libre.
Pero
muchas veces actuamos como padres promoviendo actitudes en los niños que no
estamos listos y dispuestos a enfrentar, o que no tenemos claridad de que hacer
con ellas.
LA REFLEXIÓN
Somos
papás, aprendemos y nos equivocamos todos los días; pero a lo que no estamos
dispuestos es, a que ese camino entre aprendizajes y errores afecte a Nuestros
hijos. Pero, hasta que punto ese camino hace que sean emperadores, que quieran
sin mucha experiencia “dominar el mundo, la casa y todos los espacios en los
que nos encontremos”
Estoy
segura que Ustedes como yo, están dispuestos a hacer lo que sea necesario para
formar a Nuestros hijos de la mejor manera, enseñándoles a ser independientes y
autónomos, para que un día puedan enfrentar los retos del mundo con
herramientas.
LA CONCLUSIÓN
Desafortunadamente
en esta época llena de ocupaciones, exigencias y cotidianeidad que ocupa la vida
como padres, cada vez queda menos tiempo para el tiempo de familia, para acompañar
a los niños a hacer las tareas, inventar juegos y compartirlos juntos momentos
especiales. Sin querer vamos delegando Nuestras funciones como papás, y al
hacerlo les vamos dando responsabilidades que ellos no son capaces de asumir
con madurez, porque todavía no la tienen y se van convirtiendo en pequeños emperadores, que no entienden
pero que quieren mandar.
EL RETO
Retomar
la misión que tenemos…… somos por encima de cualquier labor “papás” y tenemos la tarea más grande e
importante formar a los niños que serán los papás del futuro.
Primero
analicémonos pensemos si somos los papás que queremos ser, que nuestros hijos
quieren y necesitan que seamos. Y si no lo somos o nos hace falta, es el
momento de plantearnos lo que queremos, para definir cómo llegar a serlo y lo
más importante, contar con otros papás
que como yo estamos en la interminable tarea de “ser papás, sin sabérnoslas todas”
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